1.WATER RESISTANT: Indica que la fórmula nos seguirá protegiendo "tras 40 minutos de permanencia en el agua", según la jefa de producto de Avène, Sandra Costa. No confundir con waterproof, que es cuando el fotoprotector sigue siendo efectivo durante más de 80 minutos después de habernos metido en el mar o la piscina.
2.IR-A: Protección frente a los rayos infrarrojos. Lancaster ha sido una de las primeras marcas en incluir este tipo de garantía ya que, según su vicepresidente de Investigación, Olivier Doucet, los infrarrojos "están estrechamente relacionados con la pérdida de firmeza". Pero ojo, el doctor Pablo Lázaro recuerda que esta radiación no provoca cáncer de piel.
3.SPF 30: Las siglas significan Sun Protection Factor (en español, Factor de Protección Solar, por eso a veces se indica FPS). "La recomendación europea establece que un protector debe tener como mínimo un SPF 6, mientras que el máximo posible es 50+", dice Sandra Costa, farmacéutica y jefa de producto de Avène. Si generalmente tardas 10 minutos en quemarte, el SPF 30 te protegerá durante 300 minutos (resultado de multiplicar 10 por 30). Atención: "Cuando no aplicamos la cantidad suficiente de producto, el índice indicado puede disminuir", apunta esta experta.
4.9M: Este dibujo se corresponde con el PAO (Period After Opening, en español Periodo Después de la Apertura), un condicionante que hay que contemplar en todos los cosméticos. Por ejemplo: 9M quiere decir que no debemos utilizar la fórmula a partir de nueve meses después de haberla estrenado. En el caso específico de los fotoprotectores, suelen durar un año de uso como máximo, según Sandra Costa, con lo cual conviene desechar los del verano pasado. Y aunque el envase esté virgen, la jefa de producto de Avène advierte que "estos productos caducan tres años después de su fabricación".
5.UVB-UVA: Significa que el producto nos protege de los rayos ultravioleta A y B. Los primeros causan arrugas, manchas... y están implicados en algunos tipos de cáncer, según la dermatóloga Elena González Guerra. "Los UVB producen quemadura solar y, a largo plazo, cáncer cutáneo", añade. Es importantísimo asegurarse de que el fotoprotector que hemos elegido lucha contra ambos tipos de radiación.
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