TOXINA BOTULINICA

Sirve para...

Tratamiento para la mejoría temporal en la apariencia de las líneas verticales, de intensidad moderada a grave, que aparecen entre las cejas al fruncir el entrecejo, en adultos de menos de 65 años de edad, cuando la gravedad de estas líneas tenga un impacto importante para el paciente, y que aparecen entre las cejas al fruncir el entrecejo (líneas glabelares) y/o en el canto lateral de los ojos al sonreir (patas de gallo).

Es una terapia causal, porque consiste en la paralización parcial y selectiva de los pequeños músculos responsables de ese gesto (fruncir el entrecejo), cuya repetitividad determina la aparición de surcos y arrugas estables y profundas. Es una denervación selectiva, mediante el empleo de un fármaco; es decir, un bloqueo de la liberación de ciertas sustancias fundamentales para el establecimiento de la conexión necesaria entre las terminaciones nerviosas y la placa motora del músculo.

Es asimismo un tratamiento de elección de la hiperhidrosis (sudoración excesiva), a nivel de las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies; igualmente por denervación farmacológica de los receptores en las glándulas sudoríparas.

Es importante señalar que la toxina botulínica (Botox®, Dysport®, Neurobloc®, Puretox® Xeomín®) se utiliza, desde hace muchos años y con excelentes resultados, en Oftalmología y Neurología, para el tratamiento del estrabismo, el blefaroespasmo y los espasmos musculares, entre otras patologías. Y que están en estudio otras indicaciones terapéuticas, como por ejemplo la migraña.

Así funciona...

Consiste en la infiltración de pequeñas cantidades de un fármaco específico, la toxina botulínica tipo A comercializada por el momento, para Medicina Cosmética y Estética, con el nombre de Azzalure®, Bocouture® y Vistabel® en los músculos de la región citada.

La infiltración se realiza con una jeringa y una aguja muy fina, que la hace prácticamente indolora. Aun así, para el tratamiento de las arrugas faciales se suele utilizar analgesia “a frigore” (cubitos de hielo o bolsas congeladas), anestesia tópica (crema) o locoregional.

Al finalizar las infiltraciones, se puede utilizar una mascarilla cosmética refrigerante-descongestiva.

En qué consiste...

El tratamiento se realiza en una única sesión.

El paciente se reincorpora inmediatamente a sus actividades habituales.

El efecto aparece alrededor del 2º-4º día, y es completo a los 7-10 días.

Cuánto tiempo supone...

Entre diez y treinta minutos.

Qué puede ocurrir...

Las microinyecciones pueden resultar, como mucho, desagradables. Puede aparecer alguna pequeña equimosis (moretón), que desaparece espontáneamente en algunos días; en cualquier caso, puede ocultarse inmediatamente con maquillaje cosmético.

Algunos pacientes refieren la aparición de cefalea en las 24-48 horas siguientes al tratamiento.

En algunos casos, se produce una insuficiencia de resultados o una discreta asimetría en la expresión facial, que se aprecian ya en la primera semana. En ambos casos, se realiza un pequeño repaso, con algunas microinyecciones, que debiera resolver la situación.

En razón de los músculos tratados o por difusión del fármaco a músculos próximos pueden producirse algunas disfunciones pasajeras, que pueden representar alguna incomodidad (lagrimeo, visión doble, alteración de la expresión, ptosis de las cejas, etc.).

En algunas personas (5% de los pacientes tratados) existe una refractariedad, de origen inmunológico, al fármaco empleado, lo cual determina escaso o nulo resultado.

No se observan efectos sistémicos (generales); debe contemplarse la posibilidad de una reacción alérgica grave.

Lamentablemente, la denervación selectiva y sus efectos no son definitivos, y tienden a reducirse a partir de los 2-3 meses y desaparecer en 4-5 meses; pudiendo entonces repetirse el tratamiento.

BHEQM opina...

Como hemos dicho, no se trata de un tratamiento definitivo, y habitualmente las infiltraciones deben practicarse dos veces al año. Se observa, sin embargo, que con las sucesivas infiltraciones el periodo efectivo es mayor; además la calidad de la piel de la zona está siempre mejor, sea por el “reposo” inducido, sea por otras acciones locales de la toxina botulínica (que las tiene) o sea por la concurrencia de tratamientos complementarios.

Y es que en el caso de las arrugas faciales, en ocasiones resulta interesante completar el tratamiento con implantes de biomateriales (grasa autóloga, colágeno, ácido hialurónico, ácido poliláctico, metacrilato, STBA o STBA-Fill, etc), peelings u otros procedimientos médico-quirúrgicos.

En el caso de la hiperhidrosis, frente a otros tratamientos (antitranspirantes tópicos, iontoforesis, fármacos anticolinérgicos, denervación quirúrgica, etc) poco efectivos, engorrosos o con efectos secundarios muy desagradables, la infiltración de este fármaco resulta una alternativa eficaz y segura para personas en las que el exceso de sudoración perjudica el ejercicio de su profesión (modelos o artistas, que manchan su ropa; trabajos manuales: músicos, artesanos, etc), o simplemente afecta su imagen social (porque se les podría atribuir una inseguridad o falta de higiene, sin haberlas).