HILOS DE SUSTENTACION

Sirve para...

Retensado, sustentación y remodelación de los contornos faciales y de zonas corporales, en el envejecimiento precoz o moderado, y en las situaciones de flaccidez y descolgamiento tisular localizado (p.e. en cara interna de muslos, nalgas, senos, etc.).

Así funciona...

Consiste en la específica colocación de unos hilos de sutura, las más de las veces del mismo tipo y/o material que se utiliza para el cierre cutáneo, en el tejido subcutáneo de las zonas a tratar, creando con ellos las tensiones necesarias para el objetivo previsto. La tensión necesaria que determina retensado, sustentación y/o remodelación se logra mediante:

  • cerclaje (anudando los dos extremos del hilo).
  • mediante anclaje a elementos fijos (habitualmente el tejido fibroso que cubre a un hueso o a un músculo).
  • por las especiales características de los hilos en los que se han producido unas muescas o en los que se han dispuesto unas estructuras cónicas; ambas permiten su anclaje tisular y con ello la consecución del retensado que se pretende.

Los hilos pueden ser fabricados con materiales diversos (ácido poliláctico, polipropileno, etc.), y pueden ser reabsorbibles o irreabsorbibles.

En qué consiste...

El tratamiento puede practicarse bajo anestesia simplemente local; muchas veces basta con anestesiar los puntos de acceso.

El diseño de los trayectos de los hilos debe ser sumamente preciso, normalmente con el paciente de pie o sentado, para lograr el efecto que se desea: retensado, suspensión, remodelación, etc.

Los puntos de entrada se realizan habitualmente con una aguja especial; si se requiere practicar anclajes puede ser preciso realizar pequeñas incisiones.

Se introduce una aguja larga que permite realizar el trayecto o los trayectos previstos; el hilo se pasa con o por el interior de la aguja, que es inmediatamente retirada. Una vez controlada la tensión deseada se anudan los extremos o se anclan al tejido fibroso subyacente.

Habitualmente no es necesaria sutura ni vendaje alguno. Los diferentes puntos de entrada y salida de la aguja pueden sellarse con una gotita de cola biológica o tiras adhesivas. Si fueran precisas, las incisiones son muy pequeñas, de menos de 1 centímetro; éstas podrían precisar sutura. En los tratamientos de cara y cuello, en algunos casos se colocan unas tiras adhesivas para estabilizar la zona; se retiran a las 24-48 horas. En los tratamientos corporales, en algunos casos se aconseja la utilización de una prenda elástica apropiada (panty, sujetador, etc.).

Si no ha sido necesario realizar incisiones, los puntos de introducción normalmente no son visibles después de 24 horas. Debido a la propia técnica pueden aparecer depresiones cutáneas alrededor de los puntos de introducción; es un efecto adverso poco frecuente que se resuelve espontáneamente en algunos días. Excepcionalmente, si persisten, y son evidentes y profundas, requerirán tratamiento específico.

Generalmente, se resuelve en una única sesión para la totalidad de la zona a tratar.

Cuánto tiempo supone...

De una a dos horas.

Qué puede ocurrir...

Lógicamente, puede aparecer inflamación discreta y algún hematoma, que en la cara puede ocultarse inmediatamente con maquillaje, y que tardará pocos días en desaparecer.

Durante el tiempo que se determine debe restringirse la movilidad de la zona o zonas tratadas, y ello puede representar algún tipo de limitación laboral, social o deportiva.

El efecto se percibe de forma inmediata pero el resultado definitivo se obtiene transcurridos de dos a cuatro meses, periodo necesario para la readaptación definitiva de los tejidos en las zonas tratadas.

Pueden existir de forma transitoria síntomas inherentes al procedimiento: sensación de tensión (que en algunos casos puede llegar a incomodar), trastornos de la movilidad y sensibilidad locales, depresiones cutáneas que reproduzcan los trayectos de los hilos, etc.

En caso de resultado insatisfactorio los hilos pueden ser retirados (uno, varios o todos) y, si se estima conveniente, recolocados.

BHEQM opina...

Es evidentemente un procedimiento menor frente al lifting (facial o cervicofacial) o la dermolipectomía, pero suficiente si se ajustan las expectativas del paciente con el resultado que puede lograrse.

El acierto de la metodología consiste en proporcionar el resultado cosmético de un tratamiento quirúrgico a los pacientes que presentan relajación tisular moderada, utilizando material de sutura convencional, simplificando el procedimiento, evitando las cicatrices, y disminuyendo la severidad y la duración del periodo de recuperación.

Sin duda, sólo reponiendo los tejidos a su adecuada ubicación se puede conseguir devolver una apariencia más o menos juvenil a un rostro, a unos senos, a unas nalgas, ...

Es evidente que, como casi siempre, resulta muy interesante y eficaz la combinación con otros procedimientos médico-quirúrgicos para el rejuvenecimiento facial (bioestimulación con factores de crecimiento autólogos, blefaroplastia o microcirugía de los párpados, microdenervación selectiva, implantes de relleno, peelings, dermopigmentación de cejas, etc.) o corporal (lipoescultura, tratamientos anticelulíticos, etc.).