MESOMASCARA

Sirve para...

Tratamiento restitutivo del envejecimiento cutáneo facial y de sus estigmas generales: el aspecto, la textura, el tono, el color, el brillo, el tacto, etc. En definitiva, revitalización global de la piel, especialmente de la cara y el cuello, pero también del escote, las manos, etc.

Siendo que, en general, los tratamientos pueden ser preventivos, restitutivos o correctivos, un tratamiento restitutivo es aquel que pretende restablecer (a la normalidad estructural y funcional = fisiología) el metabolismo y el funcionalismo cutáneos.

Específicamente, la mesomáscara representa el conjunto de procedimientos para el restablecimiento de las características histológicas estructurales y funcionales de la epidermis y la dermis, responsables de la calidad de la piel.

También puede resultar un buen tratamiento para las discromías (hiperpigmentaciones) y otras patologías (p.e. el acné inflamatorio) cutáneas.

Así funciona...

La mesomáscara es un tratamiento que se desarrolla en varias sesiones y que combina varios procedimientos buscando sus sinergias.

Puede estar precedido de la bioestimulación con factores de crecimiento autólogos (ver información específica); en este caso, las infiltraciones intradérmicas (mesoterapia), que son uno de los procedimientos de la mesomáscara, se realizarán con los denominados precursores biológicos, esenciales para asegurar la eficacia de la bioestimulación.

La mesomáscara combina, en un mismo acto terapéutico, la exfoliación física o química de la piel, la estimulación farmacológica, la hipertermia activa y la mesoterapia.

La exfoliación física se suele realizar con microdermoabrasión, mediante microcristales de óxido de aluminio proyectados sobre la piel o dispositivos con puntas de diamantes, siempre con equipos específicos. En el caso de los dispositivos con puntas de diamantes (procedimiento ‘crystal-free’) se suelen utilizar cabezales de succión graduable para ‘atraer y comprimir’ la piel sobre las piezas abrasivas.

La exfoliación química se puede realizar con diversos agentes, por ejemplo alfahidroxiácidos o ácido retinoico, a diferentes concentraciones.

La estimulación farmacológica por vía tópica se realiza con ácido retinoico, en formulación magistral o stándard, a una concentración perfectamente definida. La crema con ácido retinoico se extiende generosamente sobre la piel; a criterio del médico, pueden obviarse algunas zonas y/o reforzar otras.

Para favorecer la penetración del ácido retinoico se utiliza una mascarilla biotérmica, formulada con oligoelementos. Una vez preparada mediante la dilución con agua y aplicada sobre la cara y el cuello, la mascarilla sufre un proceso de fraguado, mediante una reacción exotérmica que libera calor (hasta 37-38ºC). El fraguado produce compresión y el calor vasodilatación; ambos fenómenos favorecen la penetración del ácido retinoico. No es desdeñable la aportación local de los elementos (silicio, aluminio, magnesio, potasio, sodio, calcio, hierro, etc.) constitutivos de la mascarilla.

La mascarilla permanece sobre la piel alrededor de 30 minutos.

Finalmente, tras retirar la mascarilla, se practica mesoterapia (microinyecciones intradérmicas) con fármacos y/o productos sanitarios específicos en función de la o las patologías cutáneas presentes, y de las características de la piel del paciente.

En qué consiste...

El protocolo es específico para cada paciente en función del grado de envejecimiento o de lesión, y de las características de su piel.

Habitualmente se indican y realizan ocho sesiones, una por semana.

Probablemente el médico realice algunas variaciones a lo largo de las sesiones. Por ejemplo, puede prescindir de la exfoliación en la primera o primeras sesiones, o realizarla más suavemente o durante menos tiempo en el caso de la exfoliación física, o realizarla con concentraciones crecientes en el caso de la exfoliación química.

Con la mesoterapia (ver información específica) se pretende la introducción de ciertos productos sanitarios o medicamentos, muy superficialmente por debajo de la piel, de la forma más dispersa posible por toda la cara y el cuello.

Se introducen productos de carácter rehidratante, como el ácido hialurónico; de carácter nutritivo y revitalizante, como las vitaminas, minerales, ADN, extractos placentarios o embrionarios, etc.; de carácter estimulante, como el ácido retinoico, ácido glicólico, glutátion, etc.; de carácter reestructurante, como los aminoácidos, etc.; o simplemente ciertos productos o fármacos específicos para el proceso que se esté tratando. Solos o en combinaciones de reconocida eficacia; y probablemente se irán alternando a lo largo de las sesiones.

Es importante asociar un tratamiento farmacológico por vía oral, con antioxidantes (coenzima Q-10, vitaminas, oligoelementos, etc.), y con el conjunto de precursores (aminoácidos y otros sustratos) que aseguren la disponibilidad necesaria para los procesos de síntesis de colágeno, elastina y ácido hialurónico antólogos.

También se pueden prescribir algunos complementos nutricionales o nutracéuticos (colágeno hidrolizado y otros).

Asimismo se instaura un tratamiento dermocosmético básico y, si fuera preciso, específico.

Cuánto tiempo supone...

Cada sesión puede durar entre 60 y 90 minutos.

Como hemos indicado, habitualmente se indican y realizan ocho sesiones, una por semana.

Después del tratamiento inicial, se puede realizar una o dos sesiones aisladas cada uno o dos meses; y el tratamiento completo (ocho sesiones) una o dos veces al año.

Qué puede ocurrir...

La exfoliación, física o química, no debiera producir molestias ni efectos secundarios; quizás, en algunos casos, una cierta sequedad de la piel y/o una discreta descamación.

La mascarilla térmica no debiera producir molestias ni efectos secundarios.

En el caso de la mesoterapia, aparte de las molestias de las microinyecciones, en función del tipo de piel, puede aparecer alguna equimosis (moretón) o rojez, totalmente pasajeras, y en cualquier caso ocultables con maquillaje desde el primer momento.

Si puede darse la circunstancia de una alergia o sensibilidad a alguna de las soluciones de precursores que se inyectan; suele ser de escasa relevancia, con manifestación puramente local (rojez, picor, etc.). La solución responsable no será utilizada en las siguientes sesiones.

Excepcionalmente debe contemplarse la posibilidad de una reacción alérgica grave.

BHEQM opina...

En la actualidad, la mesomáscara puede considerarse parte del tratamiento básico del envejecimiento cutáneo, fundamentalmente del fotoenvejecimiento o envejecimiento actínico. El fotoenvejecimiento representa  una combinación de cambios en la piel producida por la exposición abusiva y sin la debida protección a la radiación ultravioleta. Frente al tratamiento correctivo, al que en algunos casos será necesario llegar, permite recurrir a la estimulación de las capacidades que cada individuo conserva y que, sin esa estimulación, no utiliza.

Se trabaja en el contexto de la propia fisiología del paciente, es decir en el deseo de recuperar y mejorar las funciones normales de los órganos y tejidos, en este caso de la piel.

Y siempre cabe asociarlo, si es necesario y en los adecuados protocolos, a los clásicos tratamientos correctivos (toxina botulínica, peelings, relleno tisular con biomateriales o grasa autóloga, radiofrecuencia, láser, etc.), incluso quirúrgicos.